web analytics

El oso pardo es un animal impresionante, temido y, por qué negarlo, temible, ya que es un animal grande y corpulento, de esos que no te gustaría encontrarte en el bosque. Lo hemos visto en muchas películas estadounidenses, siempre en situaciones en donde los protagonistas están en apuros, así como en documentales o en realities televisivos en donde los invitados deben hacerles frente. Hoy os vamos a contar algunas curiosidades del oso pardo para conocer mejor a este majestuoso e increíble animal salvaje.

Hay osos pardos de varios colores

Aunque se llaman osos pardos principalmente porque la mayoría son de color marrón pardo, no todos los osos pardos son de ese color, los hay también de color gris, negro, dorado, crema e incluso rojizos.

Las subespecies más conocidas: Kodiak y Grizzly

Seguro que os sonará mucho el oso Grizzly, bien porque es una subespecie muy conocida del oso pardo, bien por el equipo de baloncesto Memphis Grizzlies, cuya mascota es ese oso, y en donde, además, jugó Pau Gasol. También es bastante famosa la subespecie del oso Kodiak, también conocido como oso gigante de Alaska... solo el nombre ya da miedo.

Hay osos pardos en España

Los osos pardos habitan principalmente en Eurasia y en Norteamérica. Les gusta habitar en zonas forestales semiabiertas, por lo tanto, se pueden encontrar en montañas de España. Se pueden ver algunos ejemplares en los Pirineos, en bosques caducifolios de la Cordillera Cantábrica o Os Ancares, en Galicia. Siempre escogen espacios muy amplios con poca o nula presencia humana.

Pueden llegar a medir hasta 2,8 metros

En efecto, el oso pardo es muy grande, pueden encontrarse ejemplares de 1,50 metros, y pensaréis, «bah, no es tanto», pero algunos pueden llegar a medir hasta 2,8 metros. Eso ya es otra cosa, ¿eh? Además, la estatura no lo es todo, también cuenta el peso y la corpulencia. Estos animales pesan unos 300 kilos, pero algunos llegan a pesar hasta 680 kilos, qué barbaridad.

También te puede interesar  La cabrita hiperactiva

Son muy veloces

A pesar de esa estatura y ese peso y corpulencia, no son animales lentos, sino más bien, veloces. Más o menos, pueden llegar a alcanzar una velocidad de 56 km/h, así que un humano tiene las de perder en una carrera contra un oso pardo. ¡Ni el mismísimo Usain Bolt podría escapar de él!

¿Pero, son peligrosos?

El oso pardo es un animal omnívoro y se alimenta principalmente de flores, frutas, tubérculos, hongos, bayas, nueces, entre otros vegetales. También come bastantes pescado (Es icónica ma imagen de un oso pardo pescando en el río), así como animales pequeños (insectos, caracoles, ranas..), pero también se atreve con animales más grandes como conejos, cabras o incluso ciervos. Si eres un animal de estas características y vives en el bosque, entonces sí, es peligroso.

Si eres un humano, en cambio, no supone un peligro real para ti, a no ser que andes en bosques en donde, probablemente, no debieras estar, ya sea explorando o haciendo fotos. De hecho, la Fundación Oso Pardo (FOP) confirma ocho ataques a humanos en treinta años en la zona de la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos, lo cual, no es mucho. Lo más «peligroso» es que se acerquen a los pueblos en busca de basura para comer, aunque los casos en los que eso ha ocurrido en España son puntuales, según la FOP, y no son osos que ataquen a humanos.

Son solitarios

Ya hemos mencionado que viven en zonas poco habitadas por el hombre, pero es que, además, los ejemplares suelen vivir solos y tan solo se juntan en época de celo y apareamiento, así como en momentos de alimento abundante.

También te puede interesar  Angry Birds en la vida real

Especie amenazada el sur de Europa

El oso pardo, como especie, no está en peligro de extinción, aunque alguna de sus poblaciones sí que lo estarían. En sur de Europa, principalmente en Francia, Italia y España, la población de osos pardos está amenazada.

Hasta aquí las curiosidades sobre el oso pardo, aunque hay muchísimas más, así que te animamos a conocer más sobre este majestuoso animal que debe vivir mucho más tiempo en su habitat natural, y tenemos que hacer lo posible por no inmiscuirnos en él y, por supuesto, no destruirlo, para que puedan vivir en paz en la naturaleza por los siglos de los siglos.